Isaías 40: 27 – 31
El profeta Isaías da un mensaje de parte de Dios a un Pueblo que había sido rebelde y que estaba ante la inminente invasión de otros reinos, debido a su falta y rebeldía hacia Dios, sin embargo también habían hombres y mujeres celosos de guardar los mandatos de Dios y que se aferraban a sus promesas, así que Dios envía a Isaías con este mensaje de confianza en que su Dios era verdadero y fiel, y que a diferencia de otros dioses de otros pueblos, el los sostendría si ponían su confianza el él.
29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Dios les hace ver que no existía como él (v. 28) y que debían confiar en su intervención divina ya que el nunca estaba ni fatigado ni desfallecido y que todo estaba bajo su control y conocimiento, puesto que ante tal promesa de confianza no debía existir en los Israelitas ninguna duda del rescate de parte de Dios, debían entonces crecer en confianza de que si sentían cansados o sin fuerzas para seguir adelante, el Dios que da fuerzas para continuar estaba con ellos.
Los cristianos, como parte del pueblo espiritual de Dios debemos comprender que ese mismo Dios nos ha adoptado como sus hijos por medio del sacrificio voluntario de Jesucristo, lo que nos permite tener la misma confianza de contar con el amparo del Dios que multiplica las fuerzas ante las adversidades mas difíciles y nos ayuda a esforzarnos cuando ya no podemos continuar.
Pero muchos abandonamos esta confianza para dejarnos invadir por la duda y el temor, lo que produce personas cansadas y agotadas por confiar en otras personas, o peor aun en si mismos; lo que debemos hacer es aprender a generar confianza en Dios antes que en nosotros y eso se logra primeramente siendo lectores asiduos de su palabra y oyentes recurrentes en la congregación, pues Dios estableció estos medios para fortalecernos y lo segundo es desprendernos de nuestras propias anclas de confianza que nos retienen a depender de otras fuerzas que no sean las de Dios y lo haremos orando, orando constantemente para pedir sus fuerzas e intervención, lo cual si duda alguna siempre sucede.
30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
El profeta prosigue explicando que todos (representados aquí por los mas fuertes, los jóvenes) se fatigan y se cansan, se terminan sus fuerzas y caen, lo que es una indicación al reconocimiento de la debilidad humana, no solamente en un sentido físico, sino también anímico y espiritual; ya que las fuerzas de los seres humanos en general son limitadas se vuelve necesario la dependencia de alguien mas fuerte, entonces se vuelve primordial reconocer esa necesidad, cuestión que se vuelve crucial si queremos sobrevivir a un mundo lleno de peligros y muerte y del cual no conseguiremos mas que salir mas agotados.
El reconocimiento y la aceptación de tener necesidad de ayuda divina es algo vital, sobre todo para los creyentes que somos los que al haber sido regenerados por la sangre de Jesucristo y abierto nuestros ojos espirituales, hemos visto el desierto en que se ha convertido este mundo, del cual el único oasis es la cruz del calvario de donde fluyen aguas de vida y tenemos la capacidad de volvernos a Dios en busca de su socorro.
Es por lo tanto inconcebible que existan creyentes que quieran creerse autosuficientes e independientes de Dios y de las administraciones que el ha dejado para nuestra fortaleza, me refiero a la iglesia, la oración y la lectura bíblica entre otras. Pero aun así existen tales personas de las cuales debemos tener mucha precaución porque pueden hacernos creer que podemos sobrevivir sin leer, orar o congregarnos; para identificar tales personas solo vasta con ver como caen y tropiezan una y otra ves en su constante idea de no tener necesidad de lo que Dios ha establecido.
31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Por ultimo el profeta aclara que aunque muchos se cansan y flaquean y cansan, los que saben esperar en Jehová no, sino que sus fuerzas son renovadas y se levantaran como el águila, sin sentir mas cansancio ni fatiga, esto producto de saber esperar en Dios, ya que al pertenecerle a él las fuerzas puede dárselas a quien las necesite; por esta razón los israelitas no tenían porque flaquear, ya que si reconocían que Dios tiene fuerzas, su necesidad de él y esperaban en su intervención, tendrían gratuitamente la fuerza que necesitaban.
Nosotros debemos fomentar también esta confianza y es debido a la falta de hacer énfasis en estas verdades que vemos hombres y mujeres jóvenes y adultos flaquear y abandonar las congregaciones y el camino de Dios, porque les enseñamos todo menos a confiar, depender y esperar en Dios. La confianza, dependencia y espera en Dios deben volverse bases firmes en la enseñanza de todos los creyentes por igual, pero al no permitirlo y evitarles esto, estamos truncando el crecimiento firme y sano de los creyentes, así es que vemos tristemente cientos de casos de personas que desfallecen al reemplazar la enseñanza con entretenimiento y las bases firmes en la confianza en Dios con lecciones humanistas.