La perfección es un ideal de todo cristiano; no es un signo de altivez ni orgullo querer ser perfecto, sino por el contrario, es algo a lo que nuestro Señor Jesucristo animo a sus discípulos y por muy buenas razones que podemos ver en las Escrituras y en palabras mismas de Jesús, debemos ser perfectos porque nuestro padre que esta en los cielos lo es.
Sean Perfectos
Cuando Jesús camino entre los hombres, predico acerca la humildad, del arrepentimiento y de cargar la cruz para seguirle, cosas que para algunos no encajan con la idea de perfección, ya que como personas de una cultura muy distante en tiempo y lugar, pensamos que perfección es tener y poseer; la idea moderna de ser perfecto es muy diferente debido a que recibimos estas ideas de la televisión y las redes sociales donde vemos artistas y famosos que tienen y poseen mucho, que muestran sus cuerpos mientras descansan en alguna playa y parecieran vivir una vida de sueño, casi perfecta, pero nada es mas errado de la realidad.
La perfección no debe ser confundida tampoco con la otra idea tradicional y religiosa que se nos ha inculcado a algunos de que perfectos son aquellos que se aíslan y se lastiman con látigos y palos, como aquellos hombres que se encerraban en monasterios por años para después salir y hacer atrocidades; la perfección no esta en el aislamiento ya que eso solo es privación de aquellos deseos que seguimos deseando y rigen nuestra mente.
La verdadera perfección esta en la capacidad de vivir vidas integras y que sean acordes a los principios e ideales predicados; la perfección podríamos decir que es esa cualidad para no dejarse dominar por ideas vánales, pecaminosas y corruptas de la carne, sino dejarse llevar y guiar por la piedad y la santidad, no vendiendo nuestra posición como hijos de Dios por un pecado que a la larga solo produce muerte. Ser perfectos es entonces, vivir en medio de un mundo pecaminoso y no ceder a ello, es saberse pecador pero no dar lugar a que nos dominen nuestros deseos, porque estamos siendo dominados y gobernados por Dios.
El Padre en los cielos es perfecto
Para lograr esa clase de perfección no se necesitan años y años de meditación, ni hacer grandes y raros rituales, no se encuentra en nada de eso; para poder ser perfectos se necesita ver a Dios nuestro padre, y darnos cuenta lo que el requiere de sus hijos, parece tan sencillo para algunos que no lo creen, pero si nos mentalizamos a vivir como Dios solicita que vivamos, esto se vuelve progresivo y productivo.
La idea es que si vemos a Dios en la Biblia, en la congregación y en las oraciones, querremos acoplar nuestras vidas a sus preceptos y deseos; poco a poco ese deseo de vivir como a Dios le agrada se volverá una necesidad y después una cualidad en nosotros; esto no porque seamos capaces por nosotros mismos, sino porque Dios ira haciendo en nosotros una nueva persona (Filipenses 1: 6).
Nuestro Padre en los cielos es perfecto y quienes quieran vivir con él deben aspirar a ser como él; obviamente no en su divinidad pero si en su cualidad de perfección, si nos idealizamos con esto, al final nuestros deseos carnales serán suprimidos y seremos llenados por el deseo de hacer su voluntad y de vivir vidas diferentes, la perfección se volverá nuestro ideal y querremos cada día hacer mas para agradarle; de lo contrario si no queremos ser perfectos deberíamos examinarnos y ver si realmente nuestro Padre es el mismo del que estamos hablando.
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