Una de las acciones mas comunes que las personas acostumbran cada fin de año es proponerse nuevas metas, planes y promesas, muchas de las cuales nunca llegan a cumplir o se dejan a medio andar debido a cientos de excusas y justificaciones que solo demuestran nuestra inconstancia; como cristianos tenemos un compromiso de ser diferentes y de demostrarlos diariamente, cada fin de año debe hacernos reflexionar sobre nuestros pasos y como hemos mejorado para cumplir los propósitos de Dios y en este compromiso no sirven las excusas ni las justificaciones pues una de las virtudes que debe destacar en nosotros es precisamente la constancia (perseverancia)
En la Biblia encontramos el compromiso que cada creyente tiene con respecto a la exaltación a Dios, la proclamación del evangelio y la vida correcta (salmo 96: 2) y es muy claro lo que pensaba el escritor cuando hace un llamado a ser constantes (día en día); por lo tanto debemos aprovechar esta época de año tan reflexiva para asumir nuestro compromiso y cumplirlo cada día como los verdaderos seguidores de Jesús que somos y dejar de poner excusas a nuestro llamado, pues el favor de Dios hacia nosotros ha sido tal que anteponer pretextos es algo ilógico.
Seamos agradecidos y no dejemos de cantar, proclamar y exaltar de día en día la salvación de Dios, y hagámoslo con constancia para que se vuelva en nosotros tan común como respirar o comer, recordemos todo lo que Dios ha hecho en nosotros y por nosotros en todo este año que ha transcurrido y veremos que hay mucho por lo que podemos ser agradecidos.
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