Alégrese el corazón de los que buscan a Dios

Cada nuevo año trae nuevos retos y nuevos planes o propósitos, por lo que es muy buen momento para reflexionar y meditar en Dios; las personas que tienen su confianza y esperanza en Dios pueden sentirse felices, ya que si Dios decide cambiar nuestros planes es para cumplir los suyos, los cuales son perfectos y  santos; a diferencia de aquellos que no confían en Dios, quienes se frustran y enojan porque sus deseos no se ven resueltos simplemente porque son maquinados con egoísmo.

Debemos recordar que si somos hijos de Dios, nuestro mayor gozo debe ser cumplir sus santos propósitos y nuestro ideal será traer gloria y honra nuestro redentor, por tal razón debemos comprender cuando nuestros sueños no se cumplen, pues estos posiblemente nos alejaban de hacer lo correcto, con la madurez necesaria debemos reforzar este pensamiento bajo el ejemplo de Jesucristo, quien se sometió hasta la muerte de Cruz para ver cumplido el propósito salvífico de Dios padre y que a la larga (cuando resucito)  le trajo mayor alegría.

Dispongamos entonces de hacer los planes que queramos y de soñar grandes cosas, pero consultémoslos con Dios por medio de la oración y la reflexión en las Escrituras; esta disposición nos hará ver cuales cambios son convenientes y cuales no lo son, además de darnos serenidad y aun mas, alegría de saber que Dios puede cambiar lo que desee porque sus planes son mucho mejores.