jueves, 22 de diciembre de 2016

Dios es mi escudo

Mujer viendo al lago con versiculo biblico del dia para meditar
Vivir confiado y seguro en tiempos modernos de tanta violencia e inseguridad parece solo un sueño, pero es una realidad a la que todos los cristianos podemos acceder por gracia de Dios y es que  seguramente todos pasamos por momentos de aflicción, pero poder pasarlos con tranquilidad y serenidad es un privilegio que podemos gozar debido al favor de Dios, quien nos asegura en mas de una ocasión en la Biblia que quien confía en él puede descansar en sus brazos.
El salmista nos dice que los rectos de corazón son las personas que pueden experimentar la salvación de Dios y su protección divina (Salmos 7: 10) por lo que debemos darnos a la tarea de comprender como ser rectos de corazón y así gozar de su inmenso favor protector y salvífico; para comprender esto debemos partir del pensamiento bíblico que nos dice que ningún ser humano lo es (Romanos 3: 10)  todos estamos descalificados.
¿Quien puede gozar entonces de la protección de Dios? Solo los rectos de corazón, si esto es así y ninguno lo es entonces debemos saber como lograr ser rectos de corazón y nuestro Señor Jesucristo refuerza esta idea cuando dijo que los de limpio corazón podrán ver a Dios (Mateo 5: 8) Jesucristo se dirigía a una multitud cuando dijo esto, mas fue a sus discípulos (v. 1) a quienes les dijo que debían ser de limpio corazón.    
entonces los discípulos de Jesús aspiran a ser de limpio corazón, pero ¿Por qué? ¿Tiene algo especial ser seguidor de Jesús? La verdad es que no tienen nada especial ni diferente, los seguidores de Jesús no se diferencian en nada a otro ser humano, pero son considerados como personas que buscan ser rectas y limpias de corazón porque han reconocido su condición y necesidad del perdón y salvación de Dios.
Podemos ver esto reflejado en las palabras del salmista (Salmos 51: 10) cuando suplico a Dios que fuera él quien le concediera tener un corazón limpio, ya que se vio incapaz de  serlo por su propia fuerza y es justamente lo único que hace diferente a un discípulo de Jesús   de alguien que no lo es; necesitamos reconocer nuestra incapacidad y necesidad de tener un corazón limpio y buscar el favor de Dios en el sacrificio de Jesucristo su hijo, el único justo y santo que dio su vida para otorgar a los creyentes un corazón limpio.

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