Todos los cristianos sabemos que Dios es grande, poderoso y el único que puede salvar, por eso hemos creído y confiado en él y en su hijo Jesucristo; pero a pesar de estar firmes y cimentados en buenas enseñanzas y doctrinas, la debilidad humana se hace presente cuando nos encontramos ante pruebas y dificultades, esto es porque el conocimiento no garantiza la fortaleza, aunque ayuda mucho; la única manera de asegurarse la firmeza es dependiendo totalmente de Dios.
Vale aclarar que es primordial el estudio de la Biblia y el conocimiento, en ningún momento estamos diciendo que no sea importante, todo cristiano debería estar comprometido con la lectura bíblica; lo que tratamos de decir es que aunque poseamos mucho conocimiento, el cual es sumamente valioso, a la vez podríamos estar flaqueando en la confianza en Dios.
Los Israelitas del Antiguo Testamento sabían eso, poseían la Ley dictada por Dios, pero se alejaban de Dios y le eran desobedientes, a pesar de eso sabían que hacer cuando pasaban por situaciones fuera de control, la solución era Mirar a Dios; sabían que Dios les respondería con grandes cosas y que les brindaría la salvación a quienes le buscan de corazón.
Igualmente los creyentes hoy en día debemos mirar a Dios y confiar que, no importa donde podamos estar, aun en los mas remotos confines del mar, Dios brinda esperanza a quienes confían en él. Pero para que eso funcione debemos aprender a depender de Dios, a esperarle aunque las cosas se pongan adversas y oscuras y a entregarle cada día mas de nosotros para que él haga su voluntad.
La entrega voluntaria es importante para aprender a confiar en Dios y ver sus maravillas, pues se ofrece voluntariamente el que tiene fe, el que cree que Dios puede hacer grandes cosas, el que permite que Dios lo moldee y decida el camino a seguir; debemos tener ese carácter y esa entrega, como los niños que confían ciegamente en sus padres, que no saben como ni de que manera pero siempre les proveen. Si hacemos esto podremos ver con mayor claridad y con mas tranquilidad como Dios hace grandes cosas.
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