La Obediencia a Dios es la salida

Ya hemos mencionado en meditaciones anteriores sobre la importancia de someternos a Dios, no por el hecho de que lo mencione un predicador, una iglesia o un líder, ni porque queramos mantener personas atadas a un régimen (como muchos científicos, psicólogos y ateos lo afirman) nada que ver con esto ni nada mas alejado de la verdad. Entonces ¿Por qué debemos someternos a Dios?

Aunque podemos enumerar varias razones por las cuales debemos someternos a Dios y hablar de los beneficios que trae vivir bajo su voluntad divina, vamos a referirnos a una que se encuentra en la carta de Santiago 4: 7 y que nos muestra lo que como cristianos que profesamos ser, debería ser nuestra regla de vida, además del gran provecho que trae el vivir siendo obedientes y fieles a nuestro Dios.

Para empezar y como decíamos al principio, las personas que no comprenden el evangelio, llegan a pensar que los cristianos estamos obligados por los hombres a vivir bajo reglas oscuras que no permiten al ser humano progresar, algo muy ridículo que dicen porque no han experimentado un nuevo nacimiento; pues las personas que hemos encontrado perdón y gracia en Jesucristo nos sentimos agradecidos y deseosos de vivir amando a Dios, obedeciéndole voluntariamente y buscando su agrado y su voluntad.

Pero con cierto tiempo a algunos se nos olvida que existen principios y valores en la Biblia que deben ser nuestro ideal y que nunca podemos bajar la guardia, porque nos encontramos en una lucha contra huestes de maldad que quieren someternos nuevamente al viejo estilo de vida en pecado que antes llevábamos, además de personas y pensamientos que al vernos vivir de manera diferente, quieren hacernos pensar diferente. ¿Como podemos someternos a Dios?

Pues la única forma de contrarrestar los ataques del mundo y de la carne es oponer resistencia, y la manera correcta de oponer resistencia es sometiéndonos a Dios, pues dice la Biblia que quien se somete a Dios y a su voluntad esta resistiendo al diablo y a sus artimañas y este huye del cristiano fiel que obedece a Dios; si hemos creído en Jesucristo no podemos hacer menos que ser obedientes voluntarios de Dios, ya que este es su deseo y su voluntad para nosotros.