Nuestro Dios es misericordioso y esta dispuesto a perdonar a cualquiera que se acerque a él buscando su gracia, es bueno para con quienes le creen y comprenden que le necesitan; todo esto por su buena voluntad, sin embargo y con el propósito de serle fiel a lo que la Biblia nos dice, debemos aclarar la idea que muchos sostienen y que esta basada en sentimentalismos y filosofías humanistas, con el propósito de ayudaros a comprender cuan grande es la bondad de Dios.
Cuando Dios dispuso entregar sus mandamientos por medio de Moisés, el Antiguo Testamento nos narra este acontecimiento con detalle, describiéndonos uno por uno de su ordenanzas, entre las cuales hace mención de que Dios es misericordioso con aquellos que le aman y que guardan sus mandamientos.
Esto debe hacernos entender que desde luego, Dios es en gran manera muy misericordioso, dispuesto a perdonar al pecador y al blasfemo, pero no pasando por alto su justicia y su santidad; aun su pueblo sabia que para recibir perdón debían ofrecer sacrificio; ahora nosotros no ofrecemos sacrificio pero si podemos recibir el mismo perdón, ya que Jesucristo, el hijo de Dios se sacrifico para que por su castigo en la cruz nosotros recibiésemos el perdón.
Entonces entendemos que Dios esta dispuesto a dispensar (dar) su perdón por gracia (pues el pago fue Jesús) pero a aquellos que se acercan con fe; esta fe implica que quien quiera recibir perdón debe darse cuenta de su condición pecaminosa, darse cuenta que no hay medio para escapar de la ira venidera excepto Jesús, debe por lo tanto aborrecer su condición y ver hacia Dios como única salida de la condenación.
A tales personas, a quienes Dios ha abierto los ojos del entendimiento para ver su necesidad de salvación, a estos Dios les otorga su misericordia, porque se apegan a la Palabra de Dios como la verdad, tal y como lo hace el naufrago a su bote, a esta personas que Dios muestra su gran amor, y si queremos recibir su bondad, debemos nosotros que ya conocemos su Palabra, empezar a medirnos con esa regla y dejar de pensar que el amor de Dios sea una licencia para pecar y vivir jugando con su perdón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario