¿Como distinguimos a un verdadero cristiano? Pues esta pregunta tendría muchísimas respuestas, ya que en estos tiempos muchos se llaman a si mismos seguidores de Jesús, y cada cual demuestra diferentes características, algunas en común con otros y otras no tanto; pero si creo que podríamos estar en común acuerdo que un verdadero Cristiano es diferente a la sociedad y sus reglas por algo que se llama "Conversión"
En términos generales La conversión es la obra de Dios en las personas que, al reconocer sus faltas ante Dios y su gran necesidad de salvación, tienen un verdadero y genuino sentimiento de cambio de todas aquellas cosas que ofenden a Dios por hacer aquello que lo honre y le agrade; todo esto obrado por el Espíritu Santo de Dios en el hombre.
La necesidad de conversión
Bajo el concepto anterior de conversión, Los seres humanos necesitan convertirse de manera genuina y experimentar un cambio de costumbres y acciones radicales en lo que respecta a sus acciones anteriores, las cuales eran el producto de una mentalidad ajena a los deseos de Dios, pues debemos reconocer que la sociedad en que vivimos y nuestros propios deseos no están de acuerdo a los planes de Dios y lo podemos notar en las decisiones que se toman a diario y que están en contra de lo que nos dicta la Biblia.
Es por eso sumamente importante para el mundo convertirse a Dios, pues es evidente que no se esta yendo por el camino que Dios desea y que el fin de contradecir la voluntad de Dios no es para nada bueno, el Profeta Jeremías lo experimento al encontrarse en un momento de flaqueza (Jeremías 15: 15 - 19) y El Señor le abrió los ojos para que entendiera que solo los que se convierten estarán delante de él.
Las bendiciones de una verdadera conversión
Aunque el mundo parece sentirse libre, la verdadera libertad solo puede experimentarse delante de Dios, ya que lo que el mundo ofrece son consuelos temporales de un camino sin salida, sin embargo Dios hace un llamado a todos los hombres y mujeres a que se conviertan a él, para que puedan experimentar una verdadera restauración y gozar de su protección y cuidado.
Es así que podemos ver que los verdaderos creyentes son diferentes de los demás porque han experimentado una conversión y su nuevo propósito en la vida es gozar del consuelo de Dios y de la gracia que otorga a sus hijos; por lo tanto debemos procurar experimentar esta verdadera transformación y no seguirnos engañando con la falsa idea que podemos ser cristianos y seguir viviendo en contra de la voluntad de Dios, hagamos caso al llamado y convirtámonos a Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario