Siguiendo con el tema de la genuina conversión, debemos destacar también que aquellos que han experimentado un cambio de vida, ahora deben ser firmes y luchar contra el pecado y la naturaleza caída que aun poseen, sometiéndose a los consejos de La Biblia sobre como quiere Dios que vivamos, para que así en ese proceso demuestren frutos agradables a Dios y puedan experimentar la buena y agradable voluntad de su Señor y padre.
Esto es un proceso que es impulsado por el Espíritu Santo que habita ahora en el creyente y que le muestra a través de la lectura, la oración, la comunión con los hermanos y una vida piadosa, como debe vivir y que espera Dios de él; por lo que los cristianos debemos aprender a vivir nuevamente, ya no como antes podíamos haber vivido y esto implica la negación de uno mismo a aquellas cosas y causas que nos alejaban de Dios.
Conviértanse ellos a ti
Dios hace un llamado al profeta Jeremías (cap. 15: 19) a hacer frente a la sociedad impía que le rodeaba de manera que las personas que le vieran se convirtieran a él; es decir que su ejemplo fuese tal que todos desearan vivir y experimentar lo que Jeremías experimentaba con Dios, imagínense ahora lo que se lograría con el progreso del evangelio si todos los creyentes nos comprometiéramos a vivir de esa manera, las sociedades en que vivimos tendrían un testimonio vivido de lo que es vivir con Dios y procurarían saber mas.
La gran comisión de nuestro señor Jesucristo fue precisamente que fuésemos por el mundo a hacer discípulos, ya que la idea es que todos conozcan la gracia de Dios que nosotros ya experimentamos, y ya sea que se conviertan o no (eso es obra de Dios) las personas puedan decir que los cristianos somos diferentes porque Dios a obrado algo maravilloso en nosotros.
tú no te conviertas a ellos
Por ultimo Dios le dice al Profeta que el no se convierta a ellos, es decir que no llegue a acomodarse a ellos y termine siendo igual de tibio y sin deseo de servirle; es posible según el contexto del pasaje, que Jeremías no haya dudado nunca de Dios pero si de si mismo, ya que se veía rodeado de gente que era dura de corazón y que cerraban sus oídos a Dios, al convivir tanto con ellos, el profeta habrá sentido un pesar en su corazón, mas Dios le reconviene y le dice que siga marcando la diferencia porque eso es la verdadera conversión.
Los cristianos somos llamados a marcar la diferencia de la misma manera, no podemos permitir que porque la sociedad se hunde a nuestro alrededor, nosotros nos hundamos con ellos; al contrario, debemos ser el medio que Dios use para salvar a quienes presten atención al llamado de conversión; no permitamos pues, que la sociedad quiera contaminar nuestros hogares ni nuestras congregaciones, luchemos por defender con fuerza los principios y valores que la Biblia nos enseña porque eso quiere Dios de nosotros.
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