Muchos cristianos se lamentan al encontrarse con situaciones incomprensibles en su vida hasta el punto de pensar que Dios los esta castigando por algo, algo que no debería pasar jamás por la mente de un creyente es la idea de Dios falle a una de sus promesas tales como que nunca nos dejaría o que siempre contaremos con su protección, puesto que a diferencia de nosotros Dios es fiel, entonces ¿Por qué muchos cristianos piensan que Dios los esta castigando?
La respuesta aunque simple para muchos es la mas clara y perfecta obra de gracia de Dios, se le llama disciplina y es el medio escogido por Dios para tratar con sus hijos, mostrando su mas profundo amor al hacerlo tal y como lo haría padre que realmente ama a sus hijos. Y si, aunque para algunos cristianos parecerá extraño, es bíblico decir que Dios castiga y lo hace por muy buenas razones.
Disciplina para corrección
Puesto que Dios a tomado como hijos a aquellos que han confesado su fe en la obra redentora de Jesucristo, el actúa como un Padre, algo que en vez de traernos tristeza al sentir su dura mano, debería traernos alegría porque esto demuestra el profundo interés de Dios en corregirnos y enseñarnos a hacer su voluntad, y algo a los que solo los hijos de Dios tenemos acceso puesto que es a nosotros que el Padre quiere perfeccionar.
Los que son padres comprenderán que el castigo nunca ha sido algo fácil de hacer pero que se vuelve sumamente necesario para corregir malas costumbres y enderezar los pasos desviados de nuestros hijos porque queremos el bien de ellos; cuanto mas Dios quien con propósitos perfectos y mas sublimes nos castiga para enseñarnos en que estamos fallándole, a este punto deberíamos entender que privarnos de su corrección es mas peligroso que recibirla.
Disciplina para edificación
La otra razón para el castigo de parte de Dios es la edificación, algo que va muy ligado a la corrección, ya que todo conduce a mejorar, no a mejorar para nosotros mismos, sino para servirle mejor a los propósitos de Dios, al darnos el Señor su disciplina, nos muestra su deseo de hacernos crecer y su motivación por ver en nosotros alguien mejor de lo que ya somos, realmente no existe mayor meta que alcanzar a cumplir los planes de Dios.
Como humanos cometemos muchos errores cuando corregimos a nuestros propios hijos, pues en muchas ocasiones lo hacemos movidos por la ira y sin propósito alguno; no así el caso de Dios con nosotros, pues todo lo que Dios hace conduce a Buen termino, y lleva finalidades mas grandes de las que podamos imaginar, así pues debemos abrir los ojos y recibir su castigo de buen modo para sacar el máximo provecho de ello.
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