domingo, 21 de febrero de 2016

Publicadores de las grandezas de Dios

Puesta de sol con texto biblico
Cortesia de Pixabay.com
Alguna vez te has preguntado ¿Por qué los cristianos no nos cansamos de hablar y predicar de Cristo? esta obvia pregunta para los creyentes es fácil de contestar, pero para quienes no han entregado sus vidas a Dios y viven como quieren, si es incomprensible; Las personas en su estado natural, sin la guía y la luz de la Palabra de Dios ven a nuestra forma de actuar y vivir como locura. Lo preocupante es cuando los mismos cristianos no quieren hablar de Jesús y del evangelio ¿Por qué algunos creyentes parecieran cansarse de hablar y predicar de cristo? Esa pregunta si me parece incomprensible.

Una incomprensible aptitud
Es extraño cuando una persona se niegue a hablar de Dios después de, no solo ver sino también experimentar en carne propia la grandeza y la misericordia de Dios, que siendo enemigos a causa del pecado, Dios otorgue perdón a cambio de arrepentimiento y fe; que haya podido ver como Dios fielmente  cumple todas sus promesas y suple cada necesidad, que muestre su sabiduría que sobrepasa todo entendimiento guardando el camino de quienes creen en él, utilizando aun las pruebas y las dificultades para lograr su perfecto propósito y que haya dado comprensión de tales propósitos a través de la Biblia.
El salmista dice que todos los hechos de Dios son estupendos, tanto así que aun los hombres hablan de ellos, y eso es bien cierto ya que aun los incrédulos no pueden dejar de observar a Dios cuando muestra su gran benevolencia en medio de las circunstancias en las que solo el poder divino puede obrar y salvar; es allí donde con mucha vergüenza los que confiamos en Dios y no queremos hablar de él deberíamos reflejarnos.

Somos publicadores de grandezas
Somos guardianes del evangelio, baluartes de la fe, proclamadores de la gracia y ministros de Dios, todos lo somos, si hemos creído y hemos recibido perdón de Dios en Jesucristo, no podemos callarnos; debemos ser publicadores de grandezas, de las obras de Dios, ya que si no lo hacemos, Jesucristo mismo dijo que las piedras lo harían por nosotros (Lucas 19: 40) y mis amados hermanos, daremos cuentas de ello. 
Recuerde que a los cristianos se nos ha dado este gran privilegio de guiar a los hombres y mujeres a la fe, sino, las personas levantaran sus cabezas, reconocerán que Dios es grande y volverán a bajar sus cabezas y seguirán sus caminos sin esperanza y sin luz; es hora de demostrar quienes somos y por quien hemos llegado a ser así, la gloria sea a Dios. 

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