martes, 2 de febrero de 2016

Nueva vida en Cristo


Paisaje con texto bublico
La nueva vida en cristo es algo que todo cristiano debe hacer notar en su actuar y vivir diario, y algo que no puede dejarse exclusivamente para algunos, como se predica en estos tiempos, como si se tratase de una especie de elite para aquellos súper dotados y mayormente entregados a Dios, es un estándar, una base y un estilo de vida, se trata de demostrar que Dios ha cambiado nuestras vidas por medio del sacrificio de cristo su hijo.


 Despojaos del viejo hombre (v. 22)
El Apóstol Pablo, nos indica en esta carta a los Efesios, que el deseo de Dios en cuanto a nuestra forma antigua de vivir es el desecharla, ya que este estilo de vida que podíamos haber llevado antes de haber sido transformados por el evangelio de salvación, esta lleno de vicios, esto no hace solamente referencia a los vicios que causan adicción, sino a costumbres, aptitudes, antivalores y todo aquello que únicamente nos hacían alejarnos de una búsqueda real de Jesucristo y de su evangelio; lo cual nos deja muy claro que de ninguna manera tal y como estábamos buscaríamos de Dios.
El problema estaba en que algunos creyentes parecían no querer dejar ese estilo de vida que alguna vez llevaron, o por lo menos no dejaban ciertas costumbres y vicios, lo cual se volvía alarmante, tanto para quienes observaban su testimonio, como para su propia relación espiritual. No llegar a entender que Dios exige un cambio radical de vida (incluyendo malas costumbre) puede llevar al engaño de uno mismo de creer estar en la verdad, cuando la realidad demuestra lo contrario.
No debemos entorpecer el trabajo de Dios en nosotros, ya que hacer lo mismo sin meditar si lo que hacemos es agradable a Dios es grave, debemos empezar a poner sobre la mesa las acciones que ejecutamos y valorar si son obras de una persona que declara ser cristiano o no lo son realmente. Muchos no fuimos enseñados a pasar por el filtro de Las Escrituras todas nuestras costumbres, pensando que podíamos seguir igual, mas no puede ser asi.

 Renovaos en el espíritu (v. 23)
Ahora bien, continua el Apóstol con su argumento y dice que no es suficiente con despojarse de las viejas costumbres y aptitudes que no agradan a Dios, sino que es necesario para completar el proceso de una vida agradable a Dios una renovación de mente; un cambio desde lo interno y que pueda palparse en lo externo. Para que esto realmente sea tangible es necesario traer nuevos pensamientos, mas no solamente pensamientos positivistas o morales, se necesitan pensamientos espirituales.
La única manera de lograr demostrar un verdadero cambio de vida es por medio de cambios que provengan de lo espiritual, Lamentablemente muchos piensan que es equivalente un cambio moral a un cambio espiritual; mas déjeme decirle que esto no es así. El error mas grande que muchos podemos llegar a cometer es pensar que los cambios fabricados por nosotros mismos son iguales a un cambio de vida, ya que solo aquellos que han nacido de nuevo, y que por ende han experimentado una renovación espiritual, podrán producir cambios espirituales que Dios desea.
Ahora bien, esto nos servirá de autoexamen y meditación sobre si las cosas que hacemos son producto de una nueva vida, de un encuentro con Cristo en la Cruz de salvación, o solo es un acto de conciencia, producido por el entendimiento de que estamos mal, estas ultimas personas que piensan de esa manera manejan la idea de que sus bondadosos actos podrán salvarles y ganarles el favor del Altísimo, pero se necesita una mente renovada espiritualmente, de lo contrario solo son meros actos simbólicos y moralistas.   
                                                                                                                                                                            Vestíos del nuevo hombre (v. 24)
El Apóstol plantea como resultado del despojarse de la vieja manera de vivir y de sus viejas costumbres; y de renovarse espiritualmente de nuestra mente, que las personas creyentes se vistan ahora de un nuevo hombre, diseñado específicamente para ellos por las manos de Dios, quien a su vez se baso en la justicia y la santidad de la verdad. Esto es pues la consecuencia de una persona que ha experimentado la gracia de Dios, quien habiéndose visto en la precariedad de una vida pecaminosa, ha recibido luz y vida, ahora quiera vestirse a la altura de su llamado y de quien lo llamo, en este caso de Jesucristo su Señor.
Ningún creyente debe ni puede aspirar a menos que revestirse del diseño de Dios, es una moda indispensable para todo fiel creyente, quien debe anhelar poder portar tal vestidura; de lo contrario, debe auto examinarse si realmente es quien profesa ser aquel que huye de los compromisos con Dios.

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