lunes, 15 de febrero de 2016

Necesitamos nacer de nuevo

Vivir en un lugar sin problemas, sin peligro, sin destrucción, sin dolor, sin muerte. Creo que todos quisiéramos vivir en un lugar así, donde podamos sentirnos realizados y cualquiera daría todo lo que tiene y mas por una oportunidad así; sobre todo ahora que vivimos tiempos tan terribles en sociedades tan llenas de odio e intolerancia.
La Biblia nos habla de un lugar así, y mas que un lugar, es un paraíso, se le llama El Reino de Dios. Esta es una realidad que Jesucristo predico y enseño categóricamente porque sabia que era real; lo llamo el Reino de su Padre, y lo consideraba extenso al punto que quienes creían en su nombre, podían disfrutar de sus beneficios aun estando en vida terrenal. La invitación sigue en pie para todos aquellos que ejercen fe en Cristo, todavía hay oportunidad para volverse a la única salida del hombre al sufrimiento que provoca una vida ciega y llena de pecado cuyo fin relata la misma Biblia es solamente muerte eterna.

¿Quiénes pueden entrar?
Algo muy seguro es que no cualquiera puede ir a este preciado lugar, cuyo manantial refresca cualquier alma sedienta, no, no se puede ir a este lugar solamente queriendo; Jesús enseñó que solamente aquellos que nacieran de nuevo, podrían entrar a ese bendito lugar, pero ¿Qué significaba esto? Se lo preguntaron a Jesús mismo y pues, el relato bíblico nos dice que se debe nacer del Espíritu, así dijo Jesús, que solamente una persona que ha podido nacer del Espíritu de Dios es apto para entrar en su reino y gozar de él.
Esa es la única manera, Naciendo de nuevo, para ello Jesús predico y mostro que debemos acercarnos con fe en su nombre a Dios el Padre, confiando no en nuestras capacidades, ni en nuestras acciones, sino en la obra de Jesucristo.
Ahora, los que ya gozamos de tal dicha, de poder decir "He nacido de nuevo, Gloria a Dios porque me ha dado nueva vida" sabemos que somos ahora parte de un Reino distinto y que poseemos no solo la capacidad sino la responsabilidad de vivir a la altura de nuestro nueva vida; debemos ahora invitar a otras personas a gozar de lo que Dios nos ha otorgado por pura gracia, no podemos conformarnos ya con seguir viviendo como se nos antojaba, ahora debemos vivir bajo nuevos principios; demostremos pues que ahora ya no somos los mismos y que amamos mas al que nos llamo y nos coloco en un nuevo Reino.

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