El día del nacimiento de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, fue una noche gloriosa y llena de esplendor que ha tenido eco por generaciones, hasta nuestros tiempos cientos de miles lo recuerdan con gran gozo y alegría; desde aquel humilde nacimiento, mas sencillo que cualquier otro, se alzo la bandera de Salvación y esperanza para una humanidad cargada por el peso del pecado, cual amanecer que en medio de tinieblas llena todo espacio con la gloriosa luz de un nuevo día.
Pero ¿Quiénes fueron invitados? ¿Quiénes asistieron? ¿Quiénes presenciaron el nacimiento del glorioso hijo de Dios? pues unos humildes pastores quienes en medio de sus rebaños en una fría noche, fueron invitados directamente desde los cielos, y quienes sin dudarlo asistieron al evento mas espectacular de los tiempos. Aquello fue un acto sublime aunque sencillo, que si el mundo hubiese entendido lo que estaba pasando en esa ocasión, habrían querido estar allí.
Gloria a Dios en las alturas
Lo primero que escucharon aquellos pastores de aquellos que los invitaban al nacimiento fue dar Gloria a Dios, y claro que era así, Dios había orquestado algo magnifico, había enviado a su único Hijo lleno de gloria, a vivir entre los hombres de manera física, pero no lo había hecho en un palacio, no fue recibido con esplendor y sonido de trompeta, fue en el humilde establo donde lo divino y lo humano se juntaron y eso lo hacia mas grande aun.
este evento muestra la misericordia de Dios al brindarnos un salvador humilde, quien vino a servir y dar su vida, este magnifico evento debe hacernos decir como los ángeles "Gloria a Dios" sin embargo, muchos se han olvidado que la navidad es para dar Gloria a Dios que nos brindo un Salvador, han olvidado que el propósito no es la celebración, ni los regalos, ni la comida, es dar Gloria a quien dispuso de misericordia y envío en humildad a su hijo por aquellos que habían de creerle.
Paz, buena voluntad para con los hombres.
Si, buena voluntad y paz a los hombres, ¿De parte de quien? pues de Dios, él se había apiadado de la humanidad y a pesar de que nosotros somos sus enemigos, a pesar de nuestros pecados y rebeldía, el decidió extender su mano en señal de paz y brindarnos luz; ciertamente buena voluntad es lo que necesitábamos, porque lo que merecíamos era la ira de Dios.
Creo firmemente que deberíamos reflexionar en esto muchísimo tiempo, ya que el valor de estas palabras deberían conducirnos a buscar mas de Dios y entregarnos plenamente a él; y es que esa noche el tuvo buena voluntad para con los hombres, y todavía lo hace al hacernos recordar el nacimiento de Jesús;
Dios nos mostro su gracia divina, y los hombres deberíamos esa noche de celebración, detenernos por un momento a buscar el mesón, acercarnos al establo y entrar, acercaros a la luz y observar el pesebre, allí estuvo la Luz, la vida y la verdad, el verbo hecho carne, el Hijo de Dios; allí Dios nos envío paz y buena voluntad para todo aquel que quiera acercarse con fe.
Os invito amigos, a apagar un rato el bullicio y el escandalo de ese día, y apartarse a ver hacia el pesebre para dar gloria a Dios en las alturas, porque el tuvo para con nosotros paz y buena Voluntad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario