Y lo que mas peligra de estar en medio de estas conversaciones son nuestra fe, la cual algunos ponen en juego por prestar atención a cuentos sin sentido.
Todos tenemos principios, ya sea basados en enseñanzas de nuestros padres o inculcados en La Biblia estos dependen en mayor grado de nuestra enseñanza y practica de los mismos, pero son tan faciles de perder e ignorar cuando ponemos atención a esas conversaciones que no conducen a nada, si, aquellas amistades que solo nos reunen para hablar vanidades sin valor.
¿nunca ha sentido alguna vez que ha platicado por horas y al final no hablo nada de provecho? A todos nos ha pasado, esa sensación de hablar con alguien y despues terminar preguntandose ¿de que hablamos? No digo si recuerda lo que hablo, sino a que conclusión llego con lo que habló, esa clase de platicas restan a la vida mas que llenarla.
Debemos practicar conversaciones que edifiquen, es decir que fomenten algo bueno, que tengan buen fin; no me refiero a que no hablemos con nadie, o que no hagamos memoria y recordemos cosas buenas vividas con otras personas, lo que quiero decir es que procuremos no poner en juego nuestras buenas costumbres con chambres y discusiones que no abonan a los problemas y situaciones de la vida.
Aprendamos de Jesús que convivia con quienes eran considerados en su tiempo como lo peor, pero no hablaban cosas vanas, el siempre procuraba ayudar y edificar a quienes se acercaban a el para conversar, nadie se alejaba de él con la sensación de haber perdido el tiempo; asi tambien nosotros debemos hacerlo.
CONCLUSION:
si va a servir dilo, si no vas hacerlo, callaló, al final en muchos casos las mejores palabras suelen ser las que no se dicen pero que si se viven.
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