Todos tenemos preocupaciones, pero no todos se dejan vencer por ellas; la razón por la que algunas personas no se dejan vencer por las preocupaciones es porque no cargan con ellas, pues han puesto sus cargas sobre Jesucristo (Mateo 11 : 28) y han decidido descansar y esperar en la voluntad de Dios (Filipenses 4: 6)
El apóstol Pablo (quien por cierto estaba en prisiones) conocía las preocupaciones de los cristianos que habitaban Filipos y en su carta procura enfatizar muchísimo el "gozo en el Señor" pues estaba convencido de que la única manera para superar los problemas era poner su confianza en Dios por medio de las oraciones y ser agradecidos con lo que él permite.
El consejo bíblico es no estar afanados por nada y repetimos enfáticamente "por nada" y la manera para que no carguemos con esos afanes es contárselos a Dios en oración y en acciones de gracias y volvemos a enfatizar que debe ser "por medio de oraciones y acciones de gracias" Podemos resumir de esta manera; para no vivir en preocupación, debemos contarle a Dios en oración todo aquello que nos angustia y aprender a ser agradecidos
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