Cuando Dios gobierna nuestras vidas no debemos tener temor alguno; ya que estamos en época de cambios sociales a nivel mundial también ha aumentado la preocupación y el nerviosismo entre muchos que piensan cuanto les ha de afectar las decisiones mal tomadas de los hombres de autoridad; a todos aquellos creyentes que sienten la misma preocupación les escribo para decirles que dejen de hacerlo, pues sobre toda autoridad esta primero la autoridad de Dios.
Los Israelitas en tiempos del profeta Isaías tenían temor por las constantes invasiones que venían a ellos y de los malvados reyes que les imponían cargas y esclavitud; mas Dios les dice que por medio de su siervo que tendrían salvación mientras Dios fuese su Juez, Legislador y Rey (Isaías 33: 22). Solamente debían conservar su confianza y fidelidad a la autoridad divina, y a pesar de las calamidades que vendrían seguía siendo él quien permitía y controlaba todo.
En nuestros tiempos las cosas no parecen mejorar mucho, aunque no padezcamos esclavitud si nos vemos afectados a los cambios a nuestro alrededor, afectan a nuestras familias, a nuestras iglesias y a nuestra libertad social; pero podemos vivir confiados si mantenemos nuestra mentalidad puesta en el hecho de que no son los hombres quienes toman las decisiones porque tengan autoridad propia, sino que Dios es juez y rey soberano sobre todo y que solo él puede permitir que las cosas sucedan.
Si algo nos afecta, pensemos que son permitidas por Dios y si pensamos que no esta bien, oremos y solicitemos que sea el Señor quien mueva los corazones de los gobernantes a buenos caminos; si queremos tener paz seamos luz entre los que estamos y roguemos al Dios de los cielos que nos conceda reflejarla en nuestra sociedad, confiemos que solo Dios salva y puede cambiar el rumbo no solo de las personas sino también de las naciones si así lo permite.
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