Las personas hacen planes, construyen sueños, se proponen metas y se inventan objetivos, pero solamente el consejo de Dios prevalece y permanece para siempre sobre cualquier pensamiento de los hombres; es por esa razón que los hombres (y mujeres) al planificar cualquier cosa, deben tomar en cuenta a Dios y someterse a su santa, soberana y buena voluntad.
Es normal que todos tengamos nuestros propios sueños y metas, pero debemos considerar que como humanos estamos limitados en muchas cosas y una de ellas es de saber el futuro, aunque tengamos alguna idea no podemos decir exactamente que pasará; es allí donde lo mas razonable es considerar a Dios y comprender que nada escapa de su poder y conocimiento, por lo que consultarle y seguir su consejo es lo mejor que alguien puede hacer.
Lamentablemente los humanos somos tercos también y preferimos caminar a ciegas que bajo la luz de Dios, claro que esto se debe al pecado que esta en nosotros, el cual nos hace huir de la corrección y de la sabiduría; mas los cristianos hemos recibido por medio del evangelio de Jesucristo una nueva vida, capaz de obedecer la voluntad de Dios y de seguir el consejo divino, aprovechemos esta bendición y dejemos de guiarnos por nuestros pensamientos y sigamos el consejo perfecto de Dios.