Los creyentes demuestran su fe en las promesas de Dios con sus vidas
Romanos 13: 11 – 14
El regreso de Cristo y el comportamiento cristiano aunque no lo parecen son temas en común, ya que la forma en que veamos la promesa de la venida de Cristo cambiara nuestro comportamiento, igualmente nuestro comportamiento demostrará nuestra confianza en su promesa de redención; por tal razón el apóstol Pablo nos escribe acerca de estos dos temas y los unifica por medio de un ejemplo que demuestra cuanto debemos estar atentos tanto a la promesa de Jesús como a nuestras acciones.
Cristianos atentos
11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.
El apóstol Pablo pretende llamar la atención de sus lectores acerca del regreso de Cristo y la consumación de nuestra salvación comparando este con el amanecer, al cual todo creyente debe despertar de su sueño en el sentido de estar apercibido de que es próximo e inminente; esta relación entre el amanecer y la salvación de los cristianos nos enseña que debemos esperarlo con ansias y estar expectantes de su suceso.
Necesitamos vivir tan pendientes del retorno de Cristo así como cada mañana esperamos el amanecer y despertar de nuestra comodidad y liviandad con la que muchas veces nos protegemos del mundo, es por eso que el mismo señor Jesucristo advertía a sus discípulos en muchas ocasiones acerca de vivir velando (Mateo 24: 42) ya que desea encontrar fieles que anhelan su regreso.
Muchas personas subestiman las promesas del Señor y dormitan en vidas vánales y tranquilas, cuando deberíamos estar atentos a las señales y vivir alertas de que se nos encuentre esperando con fe y firmeza la consumación de nuestra salvación. Dejemos entonces la comodidad con que hemos tomado la Palabra de Dios y dediquémonos a vivir justa y piadosamente.
Cristianos preparados
12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
El creyente además de estar apercibido y pendiente del amanecer que indica la esperanza de su fe cumplida, debe también (dice Pablo) despojarse de todo lo que indica oscuridad (como alguien que despierta se quita su ropa de dormir) y vestirse de luz; esta acción demuestra no solamente el interés del creyente por su esperanza, sino también su deseo por ser encontrado listo, demostrando así la actitud correcta hacia ese maravilloso evento.
Algo que debemos entender es que la mayor oscuridad de la noche indica que el amanecer se aproxima, así el incremento de la maldad sobre esta tierra nos da la pauta para entender que Jesús vendrá pronto como lo prometió, por lo que no podemos seguir arropados en tinieblas, sino estar vestidos en Luz y verdad, en el sentido de que debemos vivir vidas correctas y legítimamente santas, creciendo en la gracia y el conocimiento de la voluntad de Dios.
No podemos seguir luciendo como los que viven en tinieblas y oscuridad, haciendo las mismas cosas, hablando igual que ellos y pensando las mismas maldades; sino que todo cristiano verdadero se viste con las armas de Luz y demuestra que es un creyente y que ya no vive enceguecido, sino que ha visto la luz y cree firmemente en Dios y hace lo que manda su Señor y las armas que ahora viste (Efesios 6: 11 – 17) las utiliza para hacer lo bueno.
Cristianos despiertos
13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Pablo vuelve a enfatizar el estar preparados y vestidos en este párrafo con la acción de andar como que ya hubiese amanecido y estar vestidos con Jesucristo, sin dar lugar a nuestra carne para arroparnos otra vez en la oscuridad; esto nos da a demostrar la importancia de que caminemos correctamente y no dormirnos en la oscuridad del pecado y la tolerancia.
Pablo escribe precisamente acerca de la tentación y de como esta nos quiere influir a pecar contra Dios, de la misma manera en que lo ha hecho desde el principio de los tiempos, podemos comparar Génesis 3: 6 con 1° Juan 2: 16 y darnos cuenta que Pablo ejemplifica los deseos de la carne (glotonerías y borracheras) los deseos de los ojos (lujurias y lascivias) y la vanagloria de la vida (contiendas y envidia)
¿Cómo podemos combatir contra el pecado? La respuesta es Vestirnos de Jesucristo (amor, santidad, justicia, humildad, obediencia, etc.) y caminar como de día sin darle lugar a la oscuridad de nuestra mente; esta es la manera y el conducir de un cristiano que en verdad ama y anhela ver la esperanza de su fe cumplida.
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