Dios ha hecho grandes y hermosas promesas a quienes han puesto su fe genuina en Jesucristo como único medio de salvación y gracia, puesto que Dios ve como hijos a aquellos se han acercado a la cruz en busca de perdón (Juan 1: 12) y todas estas promesas de Dios tienen como finalidad además de mostrarles la enorme bondad y fidelidad divina, el propósito de motivar a sus hijos a ser perseverantes y fieles servidores del reino que han de heredar.
Puesto que la naturaleza humana es débil a causa del pecado y la corrupción, aun los cristianos debemos luchar diariamente para no caer en aquellos hábitos que cometíamos antes de conocer la misericordia de Dios y que solo nos hacían alejarnos mas de él; con la ayuda del Espíritu Santo, las Escrituras (La Biblia), la oración y la comunión (con otros creyentes) podemos hacer frente a nuestra naturaleza caída y a las tentaciones del mundo, pero además de eso, a Dios le plació hacernos promesas grandes y maravillosas para motivarnos a ser fieles.
El escritor de la carta a los Hebreos (6: 12) describe que el propósito de la perseverancia y la fidelidad en el creyente es primeramente que no sea perezoso, sino un imitador de aquellos fieles que con mucha paciencia y fe, han recibido las promesas de Dios; lo que nos muestra que ese propósito debe ser una motivación para cada uno de nosotros, ya que si somos pacientes y perseverantes como aquellos hombres y mujeres que describe la Biblia, alcanzaremos la recompensa de heredar las promesas de Dios.
El fin de todo esto es evitar que caigamos en la pereza, en el sentido que no nos quedemos sin crecer ni madurar en el camino de la fe, sino que vayamos progresando en nuestro caminar con Dios por la senda de gracia; ya que hay muchas personas hoy en día que resumen su cristianismo con un evento en el pasado (el día que creyeron) pero el resto de su historia es vacía, debemos preocuparnos porque en nosotros no se repita el caso, sino mas bien que nuestra vida demuestre fidelidad, perseverancia, lucha, entrega, paciencia y fe.
Dios nos ha de recompensar con heredar sus promesas si avanzamos y caminamos con paciencia y fe, ya que la verdadera fe conduce al crecimiento y al desarrollo de la vida buena y correcta en los preceptos y la voluntad de Dios; mas aquellos que huyen y reniegan de avanzar, deberían considerarse extraviados y buscar socorro en Dios mientras aun queda tiempo. Pues aun Dios hace el llamado a buscar sus promesas y nos llama a ser fieles.
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