La importancia de tener una vida equilibrada es algo de lo poco se predica hoy en día, nos referimos al hecho de tener una vida integra y correcta físicamente y que pueda ser respaldada espiritualmente; para decirlo en términos mas simples, llevar una vida en que nos preocupemos no solamente por lo material, sino que tratemos de vivir haciendo las cosas espirituales de manera que lo que las personas vean en nosotros sea el reflejo de una vida correcta delante de Dios.
El deseo del Apóstol Juan a su amigo (3° Juan 1: 2) nos demuestra cuan importante es poder llevar vidas equilibradas en todas las áreas y no solamente preocuparnos por lo físico, ya que si bien es importante cuidarnos en nuestra salud y procurar ser prosperados, no es esto mas importante como el ocuparnos de hacer las cosas espirituales que Dios nos solicita en la Biblia.
Lo que nos indica este texto es que debemos llevar al margen estas cosas y no desvivirnos por prosperar en algo físico a costa de descuidar lo otro (nuestras almas) sino que es necesario que la riqueza y prosperidad del alma crezca (pues posee mayor valor); debemos entender que aunque la salud y la prosperidad son cosas muy necesarias, son vacías y no se disfrutan sino se tiene valor interno, y ese valor solo lo puede dar aquel que purifica las almas (1° Pedro 1: 22) mediante su palabra y Espíritu, nos referimos a Jesucristo.
Debemos por lo tanto crecer en la obediencia y en el conocimiento de las escrituras, procurando vivir las cosas allí escritas y ejerciendo fe Jesús y en lo que se nos manda y prosperaremos espiritualmente; al prosperar espiritualmente, prosperaremos y gozaremos de salud y no solamente eso, sino que disfrutaremos realmente lo que Dios nos da, porque Dios es fiel a sus promesas y a quienes confían en él.
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