Hoy quiero hablarles acerca de la responsabilidad que tiene cada uno de hablar de Dios y de su obra en la vida de quienes creen en él, esto debido a que muchas veces nos quedamos callados y ya sea por temor al desprecio o por comodidad, preferimos no hacer comentarios acerca de lo grande y maravilloso que ha sido Dios con nosotros, pero ¿es lógico callar las maravillas de Dios? Y aunque parezca imposible hacerlo, muchos prefieren el anonimato en sus trabajos, centros de estudios, comunidad e incluso en sus hogares, pues no quieren arriesgar la tranquilidad que tienen para compartir con otros lo misericordioso que ha sido Dios con ellos.
Empecemos por entender que es responsabilidad cristiana hablar de Dios y del evangelio de Jesucristo, ya que así como alguien compartió con nosotros palabras de Gracia y salvación, así nosotros estamos en el deber de decirlo a otros y compartir el don que Dios nos ha otorgado (2° Corintios 5: 18 – 20) y seria prácticamente una negligencia y una irresponsabilidad de parte nuestra no compartir este favor inmerecido que Dios nos entrego.
También debemos entender que es prácticamente imposible no hablar de la salvación, ya que este ha sido el regalo mas grande que un ser humano pueda recibir sobre la tierra, puesto que significa la obra de gracia mas grande que pueda realizarse sobre los hombres; recordemos (si de alguna manera hemos sido capaces de olvidarlo) que cada creyente había estado perdido y bajo condenación eterna, hasta que la luz del Evangelio ilumino nuestro camino y fue entonces cuando fuimos rescatados en la cruz de Cristo ¿Podría alguien callar algo semejante como la gracia de Dios?
Y también debemos apelar a la misericordia, así como alguien tuvo de nosotros compasión y nos compartió la Palabra de Dios, debemos tener nosotros el mismo sentimiento hacia los demás y expresarles las maravillas de Dios; creo personalmente que alguien que se sienta avergonzado como para hablar de Dios debería examinarse si realmente conoce de Dios, porque hay suficientes razones para sentirse orgulloso, valiente y feliz de haber conocido la gracia de Dios, por lo que exhorto a toda persona a hablar sin pena, ya que un don así no puede ocultarse ¿Sera usted valiente y hablara de las poderosas obras de Dios a los demás?
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