Las personas por naturaleza somos hasta cierto grado orgullosas, todos tenemos cierto nivel de ego y de pretensión ya que nos gusta exhibir nuestros logros y nuestras capacidades ante las demás personas; el problema yace en nuestra naturaleza caída y pecaminosa que nos conduce a creer que somos superiores y autosuficientes, nos eleva a un punto que no merecemos y nos convierte en monstruos que se alimentan de la adulación de los demás. ¿Qué nos enseña la Biblia sobre el orgullo?
El hombre cuya alma no es recta, se enorgullece
La Biblia nos dice por medio del Profeta Habacuc, que los que se enorgullecen es por causa de que su alma no es recta, es decir sus vidas y sus deseos mas internos están desviados de la voluntad de Dios y por lo tanto sus deseo no esta dirigido a ser obedientes a la dirección divina; por lo tanto canalizan sus intenciones hacia si mismos y se llenan ego al sentirse suficientes y libres de toda causa o razón.
Podemos entonces darnos cuenta de que todos poseemos algo de ego en nosotros, lo cual Dios clasifica como un alma que noes recta ante él, La confianza de los seres humanos esta puesta en ellos mismos y en lo que pueden lograr con sus fuerzas, sin meditar que tales fuerzas y logros son por causa de Dios quien no solo les dio la capacidad, sino también la permisividad de su santa voluntad para lograrlo.
¿Qué debemos hacer con nuestro orgullo? Debemos aprender a canalizar toda atribución de las cosas al poder de Dios, obviamente estamos hablando de las cosas que son honestas, las cuales proceden de Dios, así cada éxito en nosotros y cada meta alcanzada que sea correcta, pura y limpia, aun cuando a ojos de los hombres sean por causa de ellos mismos, nosotros como cristianos debemos dar gracias a Dios que permite tanto el querer como el hacer (Filipenses 2: 13)
El justo por su fe vivirá
Lo contrario a ser orgullosos, nos dice La Escritura, es el aprender a vivir por fe; en el sentido que las personas deben reconocer que todo depende de Dios, por lo tanto la confianza hacia él es la respuesta del alma que busca hacer su voluntad, es ir en contra del deseo de la carne de hacer su propio beneficio de vanagloria y conducir toda honra y toda gloria a Dios que puede hacer mas allá de lo que nosotros podamos.
Por eso la Biblia lo cataloga como justo a todo aquel que deposita su confianza al creador; ya que hacerlo significa desprenderse de todo sentido de autosuficiencia y colocar la mira hacia Dios, aun cuando las cosas parecieran que no sucederán; asi que debemos solicitar a Dios nos conceda el don de tener tal fe, que nos haga ser capaces de aborrecer llevarnos algo del crédito en las cosas que Solamente Dios puede hacer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario