Un buen consejo para iniciar el año es fomentar hábitos nuevos y saludables, tanto en el aspecto físico y mental, como en lo espiritual; y ese es mi propósito, el poder compartirles un nuevo propósito, que de nuevo no tiene nada, ya que mas que propósito, debe ser un principio y una norma de vida para todo buen cristiano; esa norma es la Lectura Bíblica.
Espero poder hacer en todos los que lean esto, una pequeña comezón por fomentar este habito y habituarse a crear un tiempo real con Dios, aclaro un tiempo real porque muchos dicen apartar tiempo para Dios, pero mas bien lo que hacen es apartar un tiempo para ellos mismos, en donde el Señor debe escucharles y prestarles atención, cuando ese tiempo debe ser todo lo contrario, debe ser un tiempo de escuchar y aprender.
Desear como niños
Lo que Pedro el apóstol pretendía decir a sus lectores era que debían hacer de la lectura bíblica una necesidad, algo que podía compararse como la necesidad de los bebes por la leche pura y sin contaminar; tal deseo que se expresa en los infantes con lagrimas debía ser el habito de los creyentes por la Palabra de Dios; llegar al punto de llorar y gemir por Las Sagradas Escrituras es lo que todo hijo de Dios debe sentir al no tener cerca su bendito consejo y guía.
Es aquí donde debemos romper con ese mal entendido que tenemos y olvidar esa errada idea de que con "cinco minutos al día" o "un pequeño devocional diario" es mas que suficiente para todo buen cristiano; lamento decirle que si usted esta acostumbrado a esa clase de devocionales, usted esta desnutrido y deshidratado espiritualmente.
¿Qué niño se alimenta una sola ves al día? ¿Puede un bebe con esa clase de alimentación vivir sanamente? No, no es así, entonces ¿Piensa usted que puede vivir sin alimentarse de Dios y su palabra? absolutamente No. Debemos convertir a la Biblia en una necesidad para nosotros y acerca parte de nuestra nutrición espiritual, gemir por ella al no haberla tomado y llorar si no tenemos su consejo.
Pureza para crecer
otra cosa muy importante de la lectura bíblica, es que esta no venga adulterada, que no este contaminada; en lo personal recuerdo cuando los bebes necesitan de leche; de esa labor su madre se encarga ya que para poder brindarles la leche que necesitan, primero se debe hervir los biberones y preparar la formula exacta para ellos, de lo contrario podría enfermarlos y esto es muy malo, podría evitar su sano desarrollo; así pues se compara la pureza con la el cristiano debe consumir la Palabra de Dios.
Usted debe exigir pureza, en los predicadores, en los expositores, en los escritores. en todo aquel que le enseñe y de cualquier lugar que usted consuma la Biblia, ya sean estos libros de prestigiosos predicadores o notas al pie elaboradas por grandes teólogos; si estos contaminan, alteran, adulteran, merman o destruyen la verdad bíblica. Deséchelo, ya que esto le impedirá crecer y podría destruirle.
Mi consejo es que vaya sin estos, a las Escrituras, no digo que no escuche a nadie, digo que usted personalmente tome tiempo para escudriñar y pedir la guía del Espíritu Santo para que le enseñe la verdad; los predicadores y maestros solamente le servirán para certificar lo que usted ya ha aprendido en La Biblia y no al revés, empecemos por volver a esos tiempos de lectura y creceremos juntos.
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