Los lideres en las iglesias deben saber ser personas que denoten su calidad de lideres, tanto en la congregación como en el mundo, no somos realmente lideres del mundo, pero ellos deben ver en nosotros el reflejo de Cristo de tal manera que deseen seguirnos (1ª Timoteo 3: 7a)
Ezequias no fue un líder cualquiera, Dios le bendijo a causa de su obediencia y fidelidad por él (2ª reyes 18: 5 6) y lo guardó tanto de sus enemigos como de sus enfermedades, pero fracaso en un aspecto muy importante que hizo declinar su intachable liderazgo.
No debe gozarse del mundo (Isaías 39: 1 2)
Ezequias después de ser sanado de su enfermedad por Dios, recibió una visita de hombres enviados desde Babilonia, lógicamente fue una visita política con el objetivo de congraciarse y buscar apoyo estratégico militar de Israel; mas Ezequías se regocijó con ellos, una aptitud bastante peculiar ante un pueblo hostil de parte de un rey fiel a Dios.
Aunque esta aptitud no parece tan grave, es un gran problema del que no podemos darnos la oportunidad de permitir existen creyentes que lamentablemente se regocijan en sus amistades no creyentes, cuando es Dios quien en primer lugar debe ser nuestro regocijo (Salmo 37: 4) y en segundo no deben regocijarnos sus hechos inicuos (2ª Corintios 6: 14) como chistes, o actividades paganas, programas inadecuados, etc.
No debe enorgullecerse en el mundo (Isaías 39: 2 4)
Ezequías prontamente y aparentemente sin razón alguna les mostró todo lo que poseía y No hubo nada que no les mostrase un hecho que demuestra una altivez y orgullo muy grande aparte de un grave descuido.
Todo lo que poseemos es bendición única de Dios y el merece la gloria de todo, pero algunos como dicen: Saludamos con sombrero ajeno, con orgullo y haciéndolo ver como nuestro logro personal. En lo que respecta a problemas entre hermanos, existen cosas en las que no se puede compartir con nadie y mucho menos con incrédulos (1ª Corintios 6: 1, 5) porque siempre esto lleva al orgullo, la arrogancia y al mal testimonio entre ellos.
Debe medir las consecuencias de sus actos. (Isaías 39: 5 8)
A pesar de las consecuencias que tuvo este acto, a Ezequías le despreocupó y solo pensó en si mismo, aceptó la voluntad de Dios pero, al parecer no le afectó que otros pagaran el precio de su error porque A lo menos, haya paz y seguridad en mis días
El verdadero líder debe medir sus pasos con delicadeza, nunca debe menospreciar las consecuencias de sus actos, pero muchos piensan que pueden hacer lo que quieran afuera de la iglesia, pues al fin y al cabo mientras no los vea un hermano cristiano todo esta bien, pero no piensan que a Dios no le engañan y que las consecuencias la pagan su familia. Si queremos ser buenos lideres, debemos saber ser luz entre las tinieblas.
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