hacemos tantas cosas malas, desobedecemos a diario, fallamos a nuestra fidelidad a Dios, vivimos negligentemente y a pesar de todo esto y mucho mas Dios sigue dandonos un nuevo amanecer y la oportunidad de enmendar nuestros pasos hacia su voluntad, entonces surge la pregunta ¿porque Dios es tan bueno?
¿De donde proviene tanta bondad y benevolencia? ¿cual es la raiz de la que nace tanta gracia y misericordia? Porque ciertamente Dios es infinitamente inmenso y llegar a conocerle y conocer su gracia es un don incalculable e interminable, que solo aquellos que hemos experimentado el perdón de Dios podemos apreciar; aun con nuestra limitada capacidad.
La fuente de toda bondad
Jeremias, el profeta escritor del libro de las Lamentaciones logró ver un poco de esa infinita bondad divina hacia su amada nación y exprezó que la unica razón de tan incomprensible amor era la misericordia de Dios la cual (describe él) nunca decae, es decir nunca disminuye.
Nuestras maldades no reducen, ni entorpecen, mucho menos detienen la misericordia de Dios; esta fuente infinita de gracia esta abierta a todo aquel que busca a Dios y puede experimentarse por todo aquel que con sed de propiciación (es decir perdon) se acerca a beber gratuitamente.
Deseo sincero de recibir de su bondad
Jeremias tambien expresa que ellos habian visto cada mañana su misericordia al punto de no ser consumidos o eliminados. Todos sabemos ya el punto de rebeldia del que padecia el pueblo elegido de Dios, mas habia un remanente fiel, que aun levantaba su mirada a Dios unicamente y que aun en su necedad volvian su ruego por la bondad de Dios.
Si bien es cierto que la misericordia de Dios nunca disminuye, tampoco es un juguete que podemos tomar a nuestro antojo, su gracia es para todo aquel que reconoce que solo Dios puede dar descanso al alma abatida por su propia maldad, a aquellos que como el apostol Pablo expresan "miserable de mi, ¿quien me librara de este cuerpo de muerte?"
Su amor es infinito, tanto como lo es su Santidad y su Justicia. No olvidemos que el ofrece salvación, pero no la ofrece a cambio de nada ya que costo la vida de su unigenito hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Eso significa que él no pasa por alto su justicia, que todo pecado debe ser expiado y limpiado, y nos ofrece el perdón en Jesús, podremos si creemos en él ver como su misericordia son nuevas cada mañana.
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