Hace tiempo vi un ave, que aparecio en mi patio buscando alimento, no lo obligue a venir, ni lo engañe con nada, simplemente aparecio sobre la jaula que teniamos con otra ave, comprendi ese dia que esa pequeña ave ya habia sido domesticada y que al parecer habia escapado, pero volvia a buscar alimento y refugio, se negaba a disfrutar de su libertad por la comodidad que le ofrecia una fria jaula de metal.
interesante saber que a muchos creyentes podria estarles pasando algo similar, ya se han acomodado tambien a la fria celda de los vicios y vanidades del mundo, que se les olvida que Jesús ya los hizo libres.
La libertad nos describe la Biblia que se nos otorgo al depositar nuestra confianza y fe en Dios y en el sacrificio expiatorio de Cristo es un privilegio hermoso y muy valioso, pero no es algo obligado, se nos abrio la puerta de la jaula y se nos dejo escapar de las cadenas de esclavitud de las que eramos presos, si es asi y se nos abrio una nueva oportunidad ¿por que muchos vuelven a la jaula?
Las razones son diversas, la falta de sometimiento a Dios es una, sabemos que se nos pide estar firmes, en la libertad que Jesús nos dejo, eso implica resistencia y lucha, igual que al ave de la que les hablo, ella debia aprender a buscar su alimento y tendria que aprender a volar y vivir en la naturaleza, pero no queria, preferia la comodidad.
Debemos someternos al regimen de la libertad en Cristo y eso significa abandonar nuestra comodidad y vivir dando de nosotros a Dios cada dia. Otra razón es porque amamos mas al mundo que llegamos a soportarle mas que la pena que nos causa, por ello como cristianos debemos autoexaminarnos que nos somete y empezar a evadirlo.
Vivimos ahora para disfrutar de la libertad en Cristo, pero si nos pesa hacerlo, deberiamos valorar nuestra condición pasada con la presente, y darnos cuenta que si amamos mas seguir sometidos al yugo de la esclavitud, puede que realmente necesitemos una verdadera conversión
CONCLUSION:
la libertad es el regalo que Dios nos da para que aprendamos a volar, pero no aprenderemos a hacerlo si volvemos a la jaula cada vez que el intempestuoso viento nos golpee.
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