Hebreos 4: 1 - 2
¿cambio de vida? ¿ha pasado en nosotros? es precisamente la razón del evangelio de Cristo, vidas renovadas para Dios, pero en estos tiempos modernos, es tan difícil distinguir la fina línea de lo que alguna ves cual ancho mar dividían al mundo de lo que hoy llamamos Cristianismo moderno.
Una vida nueva teme a Dios (v. 1a)
El texto nos da un llamado a temer y esto puede entenderse (como otras traducciones lo describen) en una advertencia a tener cuidado de nuestras actitudes según el contexto de rechazar el llamado de Dios a la obediencia; como lo habían hecho los judíos que; teniendo la promesa de Dios de un reposo asegurado, decidieron provocarle, disgustarle, pecar contra él y desobedecerle, todo porque no le creyeron (3: 16 - 19).
El temor a Dios, es algo que debe ser para el cristiano una regla de vida, una constante diaria y repetitiva, puesto que esa es la raíz de la experiencia de una vida transformada; el llamado a temer a Dios es primordial porque estamos viviendo en momentos en los que: debido al poco interés por las cosas bíblicas, un desconocimiento de la santidad y justicia de Divina y una errada interpretación de la gracia y el amor de Dios. las personas no tienen siquiera la noción de lo que significa tener temor a Dios.
Debemos por lo tanto, primeramente asegurarnos de que nuestra experiencia sea real (2° Corintios 13: 5), después dejarnos instruir por La Biblia las cuales nos enseñan como temer a Dios (Proverbios 2: 1 - 5) y como resultado natural de alguien que se ha encontrado con Dios, practicarla.
Una vida nueva procura la voluntad de Dios (v. 1b)
La promesa de entrar y gozar del reposo de Dios se ha extendido a nosotros los gentiles (a través de Cristo) obviamente no de la herencia de una tierra física sino de la futura ciudad celestial; mas al igual que los anteriores, quienes estaban en medio del pueblo de Dios y parecían ser parte del mismo, pero no vivían como parte del pueblo de Dios, así se nos advierte de que temamos y vivamos vidas piadosas porque lamentablemente muchos aparentamos que no hemos alcanzado el favor de Dios.
Esa advertencia denotaba que muchos creyentes de esa época (y de hoy con mas razón) mostraban algo que no tenia bases y pronto se demostraba en su proceder diario. Es sumamente importante vivir una vida que refleje los cambios hechos por Dios, no porque esto nos asegure la eternidad, (pues la obra expiatoria de Cristo es nuestra seguridad) sino porque estos cambios aseguran que algo ha pasado en nosotros, que somos nuevas criaturas deseosas de vivir para Dios. (Filipenses 2:12).
Existen personas que se reforman a si mismas, pero que siguen siendo los mismos por dentro; no es este el cambio del que hablamos, hablamos de un cambio del interior para fuera, un cambio sobrenatural provocado por el encuentro con Dios mismo; en resumidas cuentas no es "Alcanzar a Dios" sino que "Dios nos alcance a nosotros" ese es el cambio de vida que necesitamos.
Una vida nueva hace las cosas para Dios (v. 2)
Ahora bien, el ingrediente especial de todo esto es la fe; la necesidad de que pongamos fe al anuncio de Dios de disfrutar de su reposo, puesto que muchos judíos pensaban que eran participes por estar en medio del pueblo de Dios pero al no disponer de fe a las buenas nuevas, no producían temor y mucho menos cambio de vida.
la obediencia, no siempre demuestra que tengamos fe; pero la fe siempre demuestra obediencia; es decir, no todo el que hace las cosas las hace porque las crea, a veces es costumbrismo, ritualismo o en el peor de los casos obligación. Pero la verdadera obediencia que nace de la fe se puede diferenciar en que se hace con gozo, sin pesar, sin quejar y sin reproche.
debemos entonces preguntarnos ¿Obedecemos a Dios con gozo? porque si su palabra es en muchos casos ciertamente dura (Juan 6: 60, 67 - 68) se vuelve necesidad del alma sedienta, del alma que encuentra en La Escritura aguas de vida eterna, y llega a convertirse satisfactoria cumplirla por sobre nuestros propios deleites y nuestra comodidad; cuestionémonos entonces también ¿si se ha vuelto dura porque nosotros hemos endurecido el corazón?
Necesitamos tener cuidado de atender con fe al llamado de Dios a la obediencia, pues las apariencias no sirven de nada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario