Juan 6: 66 - 71
La perseverancia es una de las virtudes mas difíciles de cultivar, sobre todo en el cristianismo de estos tiempos, debido a la negligente forma de enseñanza y carencia de verdadero discipulado; además de eso la aberrante forma en que se ha venido restando importancia a las verdades doctrinales y a la lectura de la Biblia.
es por estas y muchas mas que vemos a pocos perseverantes, pero eso no significa que los fieles y verdaderos creyentes desmayen y abandonen la gracia que les ha dado esperanza y vida nueva, existe algo o mejor dicho alguien que los sostiene y los levanta de nuevo, es Jesús
En este capitulo de la Biblia Jesucristo se describe a si mismo como el pan de vida y que solo hay vida si se come de este pan; obviamente muchos judíos no comprendieron sus palabras y ante la confrontación que se hacia con ellas muchas de las personas que habían sido reconocidas como "Discípulos" del Señor decidieron ya no andar con el y alejarse de la controversia, ya sea por reputación o disgusto o inconformidad; el punto aquí es que no se agradaron de las palabras de Jesús ni de las consecuencias que traía el obedecerlas, dato curioso que la narración nos dice que quienes querían aprender de el, no lo querían a el.
El agrado de la gente duro poco, ellos compartieron con el de sus beneficios, puesto que en este mismo capitulo leemos que había alimentado a mas de cinco mil personas; claro, eso no era lo que les molesto sino lo que implicaba sostener las palabras de Cristo y vivir bajo esas enseñanzas a sabiendas del desprecio de las personas, tal como hoy la proliferación de "Discípulos" sin fundamento, agradados con el evangelio, mas no con el evangelista. Cuantas personas lamentablemente están entrando por nuestras puertas llenos de emoción y alegría, atraídos por esperanzas de prosperidad y alegría sin fin, deseosos de una vida de liviandad, en las que no se les exija nada solamente una fe sincera, la cual abandonan al primer enfrentamiento de la Palabra con su estilo de vida.
Pero ese no es el evangelio, eso no predico Jesucristo, si bien es cierto que el cristiano, descansa en Dios y su fe le fortalece y produce gozo y alegría ante las adversidades, estas cosas son espirituales y solo pueden gozarse paradójicamente en medio de las tribulaciones y pruebas que enfrentamos en este mundo solo un verdadero cristiano puede comprender esta verdad y asimilarla, aceptarla y vivir con esa verdad, puesto que la comprensión del verdadero cristiano, descansa en varias cosas, 1° que la prioridad aun sobre el placer propio es el gozo de Dios en obedecerle y 2° que precisamente las enseñanzas de Jesús y de la Escritura dan gozo cuando en vez de obviarlas, las practica. Por el verdadero cristiano no rechaza ni la predicación ni al predicador eh allí el porque el dijo:
"Si me amáis, guardad mis mandamientos."
Juan 14: 15
Después de notar el ausentismo de aquellos fanatizados hombres que prefirieron darle la espalda, se dirige a sus mas íntimos discípulos, los doce con la interrogante ¿Queréis acaso iros también vosotros? Ellos, principalmente representados por Pedro, responden muy sinceramente, y es notable tal sinceridad, pues el no solo responde con otra pregunta, sino que podemos notar en esa pregunta que ellos aunque desearan hacer como los demás, evitando la burla y el oprobio, el rechazo y la degradación de la gente, algo les impulsaba a seguirle, y eso era el reconocimiento que "solo cristo tiene palabras de vida eterna"
Esa clase de sinceridad es digna de ser recibida por Dios, esa clase de acción acompaña a la verdadera sinceridad y esa clase de acciones son las que agradan a Dios. Ellos sabían que solo Jesús tenia la vida eterna y estaban dispuestos a pagar cualquier precio humano por seguir tras de él, a diferencia de las demás personas su fe estaba basada en un verdadero entendimiento de quien es Jesús y de que valor tenían sus palabras. Él se volvía por lo tanto en la única roca segura de salvación y cualquier otra cosa quedaba reducida a apartarse de dicha roca.
Eso acontece ahora también, y es por eso que muchos prefieren un cristianismo y una iglesia evangélica sin exigencias ni compromisos, donde todo cabe, porque les agrada Jesús y les agrada sus palabras, pero al no entender verdaderamente a la persona de Jesús y no tomar en serio sus palabras, pronto su fervor se apaga. Debe esto preocuparnos, porque muchos de nosotros no estamos tomando en serio a Jesús ni a sus enseñanzas, en el sentido de que estamos viviendo a nuestro parecer y debido a las falsas enseñanzas modernas, vemos a Jesucristo como un consejero nomas, como si fuese la voz de la conciencia, que nos dicta lo bueno y lo malo y nosotros disponemos lo mejor para nosotros, y se nos olvida que Cristo es El Señor de Señores y por lo tanto debe gobernar nuestras vidas y sus enseñanzas deben regir nuestra mente y corazón.
Por ultimo Jesús hace una aclaración muy interesante, no contradice a Pedro, por el contrario reafirma sus convicciones haciéndoles ver que la razón por la que creían eso y el porque no habían retrocedido era que él les había escogido (aun a Judas para su traición) el les mantenía firmes pues en la fe; esto nos enseña que la razón para ir, seguir y perseverar en Dios esta en las manos de Jesús. Pero también que debemos cuidarnos de no cometer el error de pensar que por estar entre cristianos y soportar entre ellos nos hace a nosotros cristianos (como era el caso de Judas), es cuestión de un verdadero llamado de Dios y una verdadera fe.
Es esta verdad, la de la Doctrina de la Elección (fundamentada y enseñada en la Escritura y sostenida por los verdaderos cristianos) la que debemos entender que aquí se nos presenta, que la única razón por la que estamos tras de Jesús es porque Dios así lo ha querido, el nos ha elegido. Ninguno de nosotros seriamos capaces de seguir la senda de la fe de no ser primero por la voluntad de Dios, debe esta verdad alentarnos a no desmayar ni retractarnos de nuestra fe.
Debemos entender pues, que necesitamos realmente pedirle a Jesucristo el mantenernos firmes en la fe, seguirle y vivir bajo sus preceptos, rogar porque el nos de siempre la fortaleza para seguir sus huellas, solicitar su socorro y auxilio siempre y no confiarnos en que la fe de otros se nos va a pegar solo por estar entre ellos, debemos seguir a Cristo, no a las personas. Examinemos pues si la razón por la vamos tras Jesús es porque tenemos un interés momentáneo, o si realmente estamos tras de él porque Dios ha hecho algo en nosotros.
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