2° Reyes 7: 3 – 9
Versículos. 3-4
Este relato nos muestra el terrible asedio Sirio por el cual estaban pasando los habitantes en Samaria, por lo que estos leprosos, sabiendo que su esperanza era nula (debido al hambre y a su terrible condición) optan por buscar el campamento del ejército invasor, pues no podían entrar a la ciudad (aunque lo lograrán no había comida) y no podían quedarse allí afuera (peligraban estar en medio de la batalla) así se resignan a su terrible destino de infortunio.
Esto nos puede recordar e ilustrar la condición humana, quien, sumido en su pecado, cual lepra que carcome su alma y destruye su espíritu, no siente más esperanza ni encuentran descanso en ninguna parte, solo le queda esperar lo que llama suerte (que terrible depender de algo tan vano como la suerte) la muerte le asedia por todos lados y las expectativas de futuro son tan oscuras como la noche misma.
Las personas están vacías y sin nada por delante que pueda aliviar la carga de sus faltas y sus errores y las pocas alegrías que pueda ofrecerle la vida solo terminan resaltando lo vana que es su existencia; lamentablemente muy pocos llegan a despertar de la ceguera que el pecado produce y prefieren abandonarse al igual que estos leprosos del relato al infortunio de sus negligentes vidas.