Dios nos invita a confiar en él, por eso se llama a si mismo en la Biblia "Torre Fuerte" ya que en esa época en la que el proverbio 18: 10 las torres eran un elemento vital para las ciudades, a las que podían acudir toda persona en busca de refugio y seguridad; así mismo Dios hace que pensemos que podemos correr hacia él con la confianza y certeza de encontrar salvación y seguridad, por lo que no debemos dudar que esa invitación hecha para los que creen en él es firme.
Si Dios nos invita a confiar en él debemos hacerlo con la certeza que no existe otro lugar a donde encontrar el auxilio que él ofrece, ya que las personas, las instituciones y las posesiones no tienen la fidelidad y la fuerza que solo se puede encontrar en Dios; esa invitación se extiende además a lo espiritual, pues Jesucristo el Hijo de Dios vino a extender la gracia a los pecadores y perdidos que pongan su fe en su sacrificio, lo que nos demuestra que todo lo que Dios nos ofrece esta garantizado por precio de sangre, la sangre del Salvador.
Cuando nos sintamos angustiados corramos y notemos que la invitación es a correr hacia él, no nos quedemos esperando, sino que corramos en busca del refugio que necesitamos, supliquemos su ayuda y seguramente le encontraremos; apeguémonos a sus promesas como lo hacemos con el aire y el alimento, que se vuelva vital para nosotros y no perdamos la confianza que lo que Dios promete se cumple.
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