La firmeza como caracter es algo dificil de producirse en estos tiempos tan llenos de ideas adversas y valores relativos; pocas personas son capaces de mantener la virtud de la firmeza a pesar de los multiples cambios de nuestra sociedad y muestra de ello son nuestros jovenes, quienes cambian constantemente llevados por ideas, modas, culturas y antivalores, lo que les vuelve dificil definir lo correcto de lo incorrecto, lo justo de lo injusto.
¿Qué nos dice la biblia? El apostol Pablo, siervo de Jesucristo, habiendo experimentado en carne propia la conversión de su alma y habiendo vivido por años bajo una base religiosa muy firme y estricta, reconoce que ahora en su nueva vida será atacado por multiples ideas y amenazas a su fe; mas el dice y aconseja a quienes tambien han decidido seguir la senda angosta que se mantengan firmes.
¿De qué debemos mantenernos firmes?
En el caso personal de Pablo, de la legalidad religiosa que lo habia atado por años y que lo habia cegado al punto de perseguir a otros creyentes hasta la muerte, el sabia que este costumbrismo (pues no puedo reprochar en nada la verdadera fe antiguo testamentaria) no habia producido en el nada mas que esclavitud.
Nosotros en lo personal debemos educarnos en la firmeza y aprender a no retroceder o cambiar lo que ya hemos aprendido, la fe cristiana no es algo que se venda, cambie o altere, es vivir bajo los preceptos de Dios aunque esto implique el señalamiento de los demas.
Las viejas o nuevas costumbres de la sociedad no traen nada mas que esclavitud, debemos mantener nuestra postura y negarnos a ceder nuestros principios, la fe no permite cosas tibias, la fe es activa y productiva para la vida, por lo tanto debemos saber decir "no" cuando alguien quiera engañarnos y esclavizarnos.
La libertad de Cristo
Otra cosa muy importante es que la libertad de la que Pablo quiere que hagamos uso y nos mantengamos firmes es "en Cristo" y esta aclaración es importante ya que muchas actividades, religiones, ideas y costumbres prometen libertad, pero no son mas que viejas trampas que solo producen tranquilidad temporal y vana.
Solamente en Cristo tenemos plena y absoluta libertad, esa libertad que abre el corazón al gozo pleno y a la dicha de un alma en paz con Dios y un deseo de gritarlo a los cuatro vientos, de contar como Jesucristo quitó nuestras pesadas cargas de pecado de nuestras espaldas para hacernos correr libremente hacia Dios.
Si tu aun profesando ser creyente vives triste y esclavizado, es hora de volver a la cruz y entregar tu penosa carga al que ha dado su vida por ello; la verdadera libertad en Cristo te dara las fuerzas para mantenerte firme y adelante.
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