Deuteronomio 30: 11 – 14
PARTE I (v.11)
Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos.
En el capítulo 30 del libro de Deuteronomio, Moisés hace ver a los Israelitas que tenían un compromiso con Dios, y ese era que ellos fuesen fieles a través del cumplimiento de la Ley que les había sido dada; pero que si de alguna vez ellos fallaban y se alejaban de sus caminos, debían recordar su compromiso y volverse a Dios, el cual es fiel y misericordioso y les restauraría; y para que ellos nunca pensaran que esto fuera algo imposible les recuerda que lo que pedía de ellos no era ni difícil ni lejos de su alcance y que era su responsabilidad volver y cumplir con el pacto de su Dios.
Es importante destacar en este párrafo que para Dios es importante que quienes entran en su pacto sean responsables y procuren cumplir su voluntad, aunque conoce nuestras debilidades (2° Timoteo 2: 13) y sabe que podemos tropezar, siempre ofrece su misericordia, nos anima a volvernos a él y nos alienta haciéndonos ver que sus exigencias no son extrañas ni extremas.
También debemos recordar que nosotros como cristianos y parte del nuevo pacto (el Israel Espiritual) somos responsables de cumplir con la voluntad de Dios no como algo alternativo, sino como nuestro estilo de vida (Mateo 5: 20; Tito 2: 12) y que Dios nos ha capacitado para hacerlo (dándonos su Santo Espíritu por medio del cual nos ha hecho nacer de nuevo) y en ese sentido es inconcebible que veamos difícil o fuera de nuestro alcance ser fieles en cumplir su voluntad (en Gálatas 3: 3 vemos el descontento de Pablo por acciones similares) sobre todo cuando la voluntad de Dios para los cristianos es agradable y perfecta (Romanos 12: 2).